sábado, 14 de mayo de 2011

Crítica de la clase de filosofía.

Me encanta filosofía y me encanta que llegue la hora en la que toca filosofía.
No es fácil empezar hacer una crítica de una asignatura, en la que añades la actitud de un profesor, pero quizás sea esta una de las asignaturas más fáciles de comentar, ya que es de las que más me gustan y me llaman la atención.
Nunca hemos tenido la asignatura de filosofía, y la verdad que al empezar el curso pensé que iba a ser una materia a la que iba a tener que echar bastantes horas y esfuerzo, solamente pensaba en que, sinceramente, ese profesor que veía siempre trajeado por el colegio me diese clase en 1º de Bachillerato.
No pensé que me fuera a gustar tanto la filosofía, pero también sé que ha influenciado mucho la dinámica que llevamos en clase y la forma de explicar que tiene el profesor. Jamás pensé que saliendo de clase iba a poder recordar todo sin tener que estudiarlo.
Comenzare destacando la manera que tiene el profesor de filosofía de mantener el orden en clase a la par de hacernos llorar de la risa. Con un solo cuadrado en la esquina de la pizarra, es capaz de hacernos callar en solo un segundo y de resaltar su postura ante nosotros, alterados adolescentes, que me imagino, que desde el papel del profesor, no tiene que ser una tarea bastante fácil y en esta clase, con esa dinámica, parece pan comido, al igual de la manera de captar nuestra atención durante las explicaciones, con ejemplos graciosos con los que nos podemos sentir identificados y los cuales no pensaríamos jamás que diría un profesor. Quiero destacar la paciencia que tiene a la hora de explicarnos cosas, que no todos los profesores tienen, y en esta asignatura jamás te irás con una duda, porque se resolverá las veces que haga falta.
¿Quien pensaría que esta asignatura seria la favorita de muchos de los adolescentes de un instituto? Me atrevería a decir, que es gracias al profesor, que sabe cómo llevar la clase, hace de una asignatura, una hora en la que todos mostramos todo el interés y nuestra atención, una asignatura que nos gusta, y una clase divertida y entretenida, de la que podemos aprender no solo filosofía, sino cosas para la vida y la formación de uno mismo, por ejemplo cuando nos pasamos del límite, los ‘’ cortes ‘’ que puede tener el profesor hacia nosotros, nos hacen reflexionar sobre nuestros actos, cosa que, me parece bastante interesante, ya que nosotros somos incapaz de ver esas cosas por nuestra poca experiencia ( breves paréntesis psicopedagógicos) . Aunque, también, me gustaría destacar las maneras en las que a veces se puede dirigir a un alumno en concreto, que no son las más adecuadas (todo por supuesto desde el papel del alumno), y la falta de paciencia a veces, pocas, pero a veces (respecto a nuestra actitud en clase), que provocan tensión en clase, y algunos compañeros se pueden sentir molestos por algún comentario.
Por lo demás, me encantaría que todas las asignaturas fueran como esta. Amenas y divertidas, y a la vez, es una de las asignaturas de la que más conocimientos adquiero.